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Mostrando entradas de mayo, 2010

Desagravio

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Ups... Parece que mi comentario anterior no fue del todo bien entendido por algunas personas. No sé si he comenzado a escribir muy bien o muy mal, porque la ironía que creí usar o, era muy fina y pasó desapercibida o, era tan mala que no era ironía. En todo caso, esto está lejos de ser una petición de disculpas porque, con todo respeto y sinceridad, no tengo nada de qué arrepentirme o por lo que pedir disculpas a los amables lectores.  Sin embargo, me permito dejarles algunas cosas para compartir. La primera, la definición de ironía que la RAE, que "Limpia, fija y da esplendor", nos entrega: ironía . ( Del   lat.   ironīa,  y este  del   gr.  εἰρωνεία). 1.  f.  Burla fina y disimulada. 2.  f.  Tono burlón con que se dice. 3.  f.  Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice. La segunda, un tema del cantautor uruguayo Jorge Drexler, que me identifica plenamente en este momento de mi vida. Se llama La vida es más compleja de lo que parece, d

Eso que llamamos amor...

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Bah... el amor está sobrevalorado en nuestra sociedad. Sí. Demasiada importancia para algo tan breve, tan doloroso, tan escarapelador, tan... cómo decirlo... ¿caprichoso? Hay que estar solo para darse cuenta. Hay que estar solo una noche de viernes, de sábado para darse cuenta. Sí. Hay que pasar frío para darse cuenta. Sí, sí. Hay que pasar a los cafés solo para escuchar conversaciones ajenas y esperar que alguien te hable para darse cuenta. Solo así uno consigue ser objetivo y darse cuenta de que se hace demasiado aspaviento con eso del amor.  Por ejemplo, el hombre objetivo, digamos, verbi gracia, un hombre que se apronta a cumplir treinta, puede darse cuenta de lo patético que es una pareja besándose en el metro lleno, y diciéndose cursilerías como "coshito", "apapáchame", "muñimuñimuñi". ¡Guaj! Y, claro, solo un hombre curado de espanto y libre de eso que llamamos "amor", puede ver con claridad lo triste   y desolador que es ver a parejas c

Romance "imferpecto"

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 Para D y para C. Él la quiere. Ella lo quiere. Pero él no quiere que ella sepa que la quiere, y ella no quiere ser la que diga primero te quiero. Él quiere que ella se le acerque y ella quiere acercarse, pero no quiere reconocerlo (hay una reputación que cuidar). Ella lo quiere, pero a veces quisiera no quererlo, y entonces lo quiere más. Él la quiere como nunca antes quiso a nadie, pero quisiera quererla aún más, por eso no cree quererla bien. Y él huye. Y ella atrás. Y ella no lo busca. Y él la encuentra. Y ambos se quieren, pero a su manera, es decir, cada uno por su lado, que no es lo mismo pero -para este caso- es igual.