Flores (marchitas) nocturnas
Por la cresta que ha estado mala la cosa. ¡Y eso que es fin de mes! Ayer no hice ni uno. La Violeta tampoco, por lo que me contó. ¡Y este frío de mierda! ¡Estamos en octubre y todavía el viento y el frío! Hoy necesito hacerme al menos una quince lucas. Si no, no sé con que voy a pagar la pieza. ¡Ya pues hombres, qué les pasa! Estos güeones te miran, te comen con los ojos y pasan de largo. Algunos preguntan que cuánto sale, que en qué consiste. Se hacen los interesantes, los difíciles... ¡Hasta descuento piden los chuchesumadre! No. Estoy cagá. Ya estoy vieja para esto. Todavía caliento a los güeones, pero cada vez menos. No como antes. Antes los tenía comiendo de mi mano a los culiados. Les movía un poco el poto y los babosos me seguían y seguían, sin decir nada hasta el hotel. Ahora caliento a puros viejos o puros cabros chicos. ¿Pero ahora, que les puedo mover? El poto se me chupó, las tetas se me han caído, me salió guata. ¡Guata! Cuando yo era más flaca que un chuzo. Y yo so...