Tu reflejo en el metro
"...Y quizás el amor no es más que eso: una mujer o un hombre que desciende de un carro en cualquier estación del Metro y resplandece unos segundos y se pierde en la noche sin nombre". Óscar Hahn. Subes al vagón con la esperanza de encontrarla. La misma esperanza de hace meses. Cuando te vio. Cuando la viste. Pasas y repasas la mirada sobre las cabezas de los pasajeros, hombres, mujeres y niños. Todos cansados, todos igualmente grises, con su vista extraviada en las pantallas luciferinas de sus móviles que ya se han vuelto una extensión de su propio cuerpo. Una prótesis social. Pero no. No está. Entonces la esperanza se sumerge en un pozo profundo... y, nuevamente, asoma otra vez su pequeña cabeza hermosa: ¡Aún puede que suba en alguna estación! La esperanza, pequeña embustera, siempre se las arregla para sobrevivir. Y esperas a la mujer de ojos verdes que una buena noche, simplemente, tomó tu mano y te preguntó por esa tristeza sempiterna de tu ...