Y después... la esperanza.



Para  J. Mi  alumno, mi amigo. En la tristeza y la esperanza.

Sufrirás.
Sentirás, de seguro, como tu pecho de hincha de angustia, de dolor. Todo es tan extraño, raro.
¿Por qué?
¡Pero por qué!
Claro que no entenderás. No hay nada que entender. En esto siempre hay más sombras, más misterio que luces. Y el dolor, como una terrible y gigantesca serpiente negra te irá abrazando, te irá quitando el aire y desearás que termine pronto, que dé el apretón final que ponga fin al sufrimiento... mas no. No hay constricción final en esto.
Sufrirás. Pasarán los primeros días grises entre lágrimas sobre la almohada, entre miradas furtivas al cielo, entre canciones, poemas, lugares habitados del recuerdos más felices. Poco a poco, la serpiente del dolor dejará de oprimir tanto y le dará paso a la melancolía. Y entre hojas secas, entre pequeños regalitos, en la fotografía sobre el mueble polvoriento se posará tu mirada húmeda. Los olores, los sabores... no querrás que ocurra, pero se irán diluyendo y ya no sabrás si fueron verdad o solo crees que fueron verdad. De la yema de tus dedos, la sensación de esa piel amada se borrará, aunque trates y trates de asirla... se irá.
Y mientras, deberás seguir viviendo. Lavándote la cara, cepillando tus dientes. Deberás intentar sonreírle a tu madre, subir al metro, poner atención en clases... y mientras menos calor vaya haciendo, mientras marzo dé paso a abril, notarás que la melancolía también va cediendo... dejándote un vacío, una oquedad difícil de llenar.  Allí una vez hubo amor. Mucho amor. Luego, dolor, soledad, angustia. Después, recuerdos... ¿Y ahora? ¿Qué se pone allí?
Tendrás que vivir un tiempo en esa duda. ¿Cuánto? No lo sé. No los sabes. Depende en parte de ti, pero el duelo es justo y necesario. 
Y después, pequeñita, brillante, cálida y sin aviso... la esperanza. Llegará la esperanza. No el consuelo. No el olvido. No. La esperanza. 
Te tomará de la mano y se quedará contigo. Y junto a ella verás que los colores recuperan su brillo, las flores los olores y que tu puedes sonreír otra vez. Y podrás ver otros ojos femeninos y sentirte emocionado de verlos. Y el aire fresco te inundará entero. Y la energía volverá a tus piernas. Y ya no desearás la no vida, sino la no muerte. Y te dirás que quieres y mereces la felicidad. Y te verás rodeado de personas que te quieren te estiman y disfrutan de ti. 
Algunos días, la espina seca reverdecerá. El dolor nunca se va del todo, menos aún la melancolía, pero sabrás enfrentárteles. Ya lo peor pasó. Y podrás lucir sin vergüenza tu cicatriz. Y quizá sea la única, o quizá, con el tiempo, estés lleno de ellas. Lo importante es que sabrás que pasará. Que el dolor un día se va, que te deja seguir respirando. Y que el las personas a veces se van, pero el amor, si fue verdadero, sigue allí, para siempre, esperando por quien sea digno de él.
Sanarás.



Comentarios

Unknown ha dicho que…
bien dicho
Unknown ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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