"Soy malo porque soy desgraciado"
No me hallo bien. Hace tiempo ya que la relación con mi polola no ha estado del todo bien. No voy a entrar en detalles, que al fin y al cabo solo deben importarle a ella y a mí, pero sí quiero decir que no me siento bien al respecto. Siento una profunda desazón en mi pecho, un vacío imposible de describir, una oquedad que no sé con qué ni cómo llenar. Lo peor, es que no sé cómo solucionarlo, y es como si no pudiera pensar ni ver nada con claridad.
Debo confesar, además, que no he sido precisamente un príncipe encantador últimamente. Me he comportado distante y frío, a ratos incluso irónico y agresivo en mis respuestas. Nada bueno, ¿verdad? Muchas veces me pregunto cómo es que mi polola me tiene paciencia suficiente.
Quizá tengo a mi favor, como atenuante, la situación en que me encuentro, que han de saber no es fácil y, por lo mismo, demasiado larga de explicar aquí. Lo concreto es que no me siento feliz, ni siquiera contento. La mayor parte del tiempo me encuentro amargado, y me siento profundamente desdichado. Miserable, si se quiere.
La criatura, el monstruo creado por ese moderno Prometeo, el doctor Víctor Frankenstein, se justifica en su actuar diciendo: "Soy malo porque soy desgraciado"... y claro, ¿No son todos los malos desdichados, infelices? ¿No lo fue también Segismundo una vez liberado de la torre? Y vaya que fue miserable gran parte de su vida...
Oculto mi dolor haciéndolo pasar por rabia, ira. La peor decisión que podría tomar. Pero la verdad, si he sido malo, ha sido porque no estoy bien... y no sé cuánto falta para estar mejor.
Qué difícil ha de resultar quererme. Lo sé muy bien, pues yo mismo tengo problemas con ello. Y bien saben los que aman que el primer requisito para entregar amor a los demás es empezar por quererse uno mismo.
Comentarios
te quiero
Saludos.